El mundo es un mercado







Pasado mañana comenzará Alguien que me quiera , la nueva comedia costumbrista de Pol-ka, que irá en las noches de El Trece.

Por Natalia Trzenko
De la Redacción de LA NACION


¿Cómo se sale de un éxito? ¿Es necesario recuperarse de producir y emitir la ficción más vista del año? Para Pol-ka, para El Trece, la cuestión no es menor ni sencilla. Después de más de un año de Valientes, elegir un reemplazante no fue fácil y entonces, como en otras oportunidades, la productora volvió al barrio. Y a la comedia costumbrista que durante mucho tiempo fue su marca registrada. Probadas las aguas del melodrama romántico y conquistado el territorio de los galanes, el sucesor tenía que ser diferente de lo anterior, pero, al mismo tiempo, muy familiar. En más de un sentido, eso es Alguien que me quiera , la tira que compartirá el horario central con Valientes por unas semanas hasta instalarse en solitario, cuando finalmente los hermanos Sosa se despidan de la pantalla.

"El espíritu de este programa tiene que ver con el regreso a ciertos valores esenciales. Tiene muchas cosas que apuntan al corazón, a la recuperación de todos esos valores. El mercado aglutina todo esto. Es como el barrio, pero más compacto. Todo está más junto", dice Andrea Del Boca, camino de grabar en ese mercado, que será el centro neurálgico de la historia escrita por Alejandro Ocón, Solange Keoleyan y Sebastián Parrotta.

Si no fuera por las cámaras, la parrilla de luces y los camarines, la ilusión sería completa. Es más: sin mucho esfuerzo, cualquiera que recorra el estudio en el que se armó el Mercado del Sur se trasladará a otro tiempo, a un pasado en el que los changuitos reinaban y las cajas registradoras no venían con computadora incorporada. Allí, apenas traspasada la reja de entrada está el almacén París, feudo de Paloma, el personaje que interpretará Susú Pecoraro.

"Es una mujer muy vital y muy alegre, muy para afuera, sin dobleces ni cosas que ocultar. Siempre ayudando y con el dolor por dentro. No lo muestra al mundo. No es una quejosa. Para mí, es nuevo interpretar a una mina para adelante, con mucha energía. Siempre me ponen personajes más para abajo. Además, tengo muchas escenas con Miguel Angel Rodríguez, que tienen mucho humor. Me hace reír mucho. Tuvimos un buen encuentro para hacer una pareja que está entre la comedia y las cosas tristes que le pasan", explica Pecoraro, en un alto de la grabación de las escenas que se verán en el capítulo de estreno, pasado mañana, al término de Valientes . Esas cosas tristes que le suceden a Paloma tienen que ver con un marido que ya no está, muerto en circunstancias sospechosas que harán aun más complicada la transición de la amistad al romance entre Paloma y Armando, el papel de Miguel Angel Rodríguez.
El mundo es un mercado.


Es la hora del almuerzo y la producción, que no para, se está tomando su tiempo para recargar energías. Es el momento ideal para recorrer sin interrupciones el magnífico escenario armado por la directora de arte, Liza Gieco, inspirado en el Mercado del Progreso. En un costado, un cartel no demasiado grande de letras fileteadas dice "Por los viejos lo tengo; por los viejos lo doy". Es probable que la cámara nunca se pose en él, pero acá todo está puesto en pos de la verosimilitud, más allá de que, finalmente, aparezca en pantalla. Por eso, a los pescados de El Faro, la pescadería que atiende María Leal, sólo les falta el olor, de tan reales que parecen, lo mismo que a las frutas y verduras del puesto de Armando. Un espacio que en sí mismo dice mucho sobre su dueño. Es que el personaje de Rodríguez aparenta ser un gran amigo, que lo es; un gran tío para sus sobrinas, que también lo es, pero también es un actor frustrado que, en homenaje a su ídolo, Osvaldo Miranda, bautizó a su carnicería y verdulería con su nombre.

"Armando Cutuli es el hermano de la mujer de Rodolfo (Osvaldo Laport), y los dos años que él estuvo ausente cuidó a sus sobrinas Bianca (Luisana Lopilato) y Lola (Calú Rivero). Está enamorado desde hace años de su amiga Paloma, y éste es el momento de aprovechar que ella está viuda. Armando, en realidad, es actor. Estudió, pero no tiene dónde actuar. Entonces, un amigo lo contrata para hacer travestismo en un boliche gay", adelanta Rodríguez, parado detrás de la mesada de su local. Así, el carnicero tendrá toda una vida nocturna, en la que se calzará la ropa de mujer y una peluca afro de color rubio, para homenajear a María Martha Serra Lima. "La idea es hacer tributos a otros personajes, como Celia Cruz y Estela Raval", se entusiasma el actor.

Es tiempo de grabar. Todo el mercado se ilumina para la escena del festejo del retorno de Rodolfo, el personaje de Laport. Encarcelado dos años por un crimen que no cometió, el hombre está decidido a reconstruir su vida, mal que le pese a Mauro (Nacho Gadano), hijo del dueño del mercado y aparente responsable de su mal destino.

"¡Que hable el «Negrito», que hable el «Negrito»!", grita Malvina, el personaje de María Leal. El "Negrito" es Laport, que, con barba entrecana, agradecerá el cariño de la gente, mientras su enemigo y su futura enamorada se acercarán al centro de la escena. La mujer en cuestión es Rocío, el personaje de Andrea Del Boca.

"No es fácil hablar de Rocío, porque si bien ésta es una comedia, en el caso de ella la historia empieza de una manera más densa. Rocío viene con la mochila de la violencia familiar, de un marido golpeador y se refugiará en la casa de su prima Rita (Julia Calvo), para empezar a vivir la vida que nunca pudo; para ser quien ella realmente es; para llevar a cabo su deseo de libertad. Para eso, crea a otra mujer, por miedo a que su marido la encuentro, inventa a otra mujer, con otra historia, que se llama Ana. En esa situación conoce al personaje de Laport, Rodolfo, y se empieza a enamorar. Por momentos estaré con rulos y pelirroja y, por otros, con pelo lacio y morocha. Para ella empieza siendo un escape de su marido, pero después queda enganchada en la propia mentira que pondrá en riesgo su historia con Rodolfo. Suponemos que él la rechazará y tal vez le aparezca una trilliza, y a mí me internan", dice Del Boca, y se ríe.
Volver al pasado

En un costado del falso mercado, una ferretería atrae la mirada. Desde afuera, con la ñata contra la vidriera, cada caja, cada tornillo y cada tuerca parecen reales y ordenados como si lo fueran. Claro que, si en el afán de ver todo más en detalle como si se tratara de una casa de muñecas en tamaño real, el vidrio cede, se mueve, porque ante todo éste es un set de televisión en el que las cámaras tienen que tener acceso a todo. Y todos están fascinados con lo que ven. Susú Pecoraro se pasea por ahí, entusiasmada con las libretitas que la gente de arte le asignó a su almacenera y Del Boca está en su salsa.

"Me encantan este tipo de lugares; me encanta ir a hacer las compras. Tal vez ayudemos a que este tipo de mercados se vuelvan a poner de moda. Cuando mi personaje llega acá, se da cuenta de que la amistad tiene otro valor; de que los códigos del barrio funcionan; de que si no tenés, yo te presto, pero te presto porque te quiero, no porque quiera algo a cambio. Creo que la gran crisis de los seres humanos es que fuimos perdiendo eso. La tecnología, Internet, todo es maravilloso, pero cada vez te vas encerrando más y estás más solo. La gente no se junta ni para tener un hijo. Me parece que, en el marco de una comedia estamos hablando de eso; es nuestro mayor desafío", concluye la actriz, de regreso a ese barrio del pasado que, gracias a esta ficción, tendrá un futuro, fantaseado, pero futuro al fin.

Comentarios

  1. Yo NO PUEDO más.
    Necesito ver a esta sra. actuando.. Y el lunes que no llega nuncaaaaa...
    Mé, GRACIAS por la info, por tener siempre el blog con las últimas noticias.
    Un besote inmenso.
    Tqm.

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