Una charla entre mujeres

Protagonizan junto a Lito Cruz “El toque de un poeta”, obra del Nobel Eugene O’Neill. Aquí cuentan cómo fue ensayar con un director que habla en inglés, lo que ven en la tele y sueñan con la posibilidad de que una dirija a la otra.

Primero llega un asistente para preguntar si Susú Pecoraro ya se puede bajar del auto estacionado frente al bar. Al rato viene ella con perchas cargadas de ropa para las fotos. Toda la liturgia. Tiene ganas de hablar: “Hoy no quiero decir cosas obvias, quiero entregar el corazón.” El resultado será una charla a dos velocidades: Pecoraro irá mirando el paisaje de lo propio para contar, entre otras cosas, por qué dejó de hacer teatro hace seis años. Eleonora Wexler, que llega minutos después, es velocista por naturaleza. Trabaja de actriz desde los ocho años y viene de montar su protagónico en El gran deschave, en el Cervantes, en poco más de diez días de ensayo. Dos estilos bien distintos.
Hay un solo antecedente en el que compartieron una ficción: durante los ´90 fueron madre-hija en Alta comedia. Ahora reviven ese vínculo en El toque de un poeta, de Eugene O´Neill, dirigidas por el estadounidense Barry Primus.
En otra obra de O’Neill, en el San Martín, las protagonistas Paola Krum y Leonor Manso, me contaron que les costó muchísimo trabajar con un director extranjero ¿Ustedes cómo la pasaron?
Wexler: Fue un “ timón” lo de la traducción, por mejor voluntad que le pongas se hace difícil.
Pecoraro: Fue terrible, te vuelve loca, porque te disocia todo el tiempo entre el inglés y el castellano.
Wexler: Eso te quema la cabeza. Todos nos tuvimos mucha paciencia en el mes que ensayamos.

¿Repetirían algo así?
Wexler: Me gustaría, la próxima, que haya más tiempo. O haber tenido la posibilidad de memorizar el texto antes de los ensayos.
Pecoraro: A mí me puso a prueba en qué cosas estaba afinada y en qué no. Me puso en un lugar muy receptivo, me pregunté: ¿voy a usar el oficio o podré sacar algo como actriz? En los ensayos no pregunté nada, me propuse ver y después adaptarme.

¿Les gustaría ver cómo sale lo que hicieron?
Pecoraro : Yo sé lo que hago, porque estoy conectada con mi alma. No puedo ver lo que hago porque veo la forma, a mi papá, a mi mamá; los gestos de toda mi familia. Cosas que ustedes no se dan cuenta, porque no me conocen. Una se ve mal, no me sirve de nada.
Wexler: Cuando pasa el tiempo me animo a verme. Al principio soy muy crítica conmigo.

Venís de “El gran deschave”, ensayaste un poco más de diez días. ¿Trabajás mejor en la velocidad?
Wexler: Lo resuelvo. Agarré esta obra de O ‘Neill cuando estaba en gira nacional con El gran... y no es algo que volvería a hacer.
Pecoraro: ( interrumpe ) Si me pongo en tu ritmo, no puedo masticar ni lo que quiero decir. Después de una obra como ésta realmente me preguntan cuándo voy a dirigir.

Y?
Pecoraro: No sé. Hay algo que me sucede y es que comprendo todo. Es una cosa natural que tengo, pero no planeo en mi cabeza: “Voy a dirigir”. Me gusta dirigir desde adentro.
Wexler : Es muy buena en eso Pecoraro: Me pasó con Ricardo, a él también le gustaba recibir lo mismo cuando teníamos nuestro grupo.

¿Ricardo?
Pecoraro: Darín. Cuando hicimos Compromiso él me decía: mirame, mirame ; y la Picchio venía y me decía ¿y yo qué puedo hacer?, decime.
Teníamos toda la confianza, lo mismo me pasa con Eleonora.

Si lo disfrutas tanto, ¿por qué dejaste seis años de hacer teatro?
Pecoraro : Estuve afuera, muy ligada al cine como jurado.
Wexler: Eso no me lo contaste.

¿Jurado de qué?
Pecoraro: Casi todos los años voy a La Habana para ser jurado del festival de cine, también a San Sebastián. Estuve estos años más afuera de Argentina que acá. Ahora elegí hacer teatro porque me puedo quedar, éste no es un momento en el que pueda viajar mucho.

Tu prioridad es el cine.
Pecoraro: Voy para donde me lleve la vida. Tuve siempre la suficiente cintura para que no me encasillen en nada. Cuando empezaron a decir, “la mejor actriz de cine”, me fui para la televisión.

¿No te gusta ocupar un lugar definitivo o no te gusta que los demás te encasillen?
Pecoraro: Me gusta ser todo. Soy una actriz todo terreno y no voy a dejar que me encasillen como “la actriz a la que le fue muy bien afuera”, algo que es verdad. Me fue muy bien en el extranjero, mucho más que acá, me podría haber quedado a vivir en cualquier país donde triunfé. El hecho de haber conocido todo ese mundo de Hollywood de tan chica (lapelícula Camila, donde actuó , fue nominada al Oscar ) hizo que no tenga el deseo de eso. El éxito no me sirve para afianzarme. Ahora quiero dirigir, podría ser en cine o en teatro.
Wexler : Yo quiero que me dirija.

¿Cómo se relacionan hoy con la ficción televisiva?
Pecoraro: Hice algo con Víctor Laplace en Tandil sobre fábricas recuperadas. También Doce casas, de Santiago Loza. Estoy para este tipo de cosas.
Wexler: El año pasado hice Vecinos en guerra, junto a teatro. Este año quiero descansar, elegir más las cosas. Tengo pocas cosas en tele: una miniserie policial que empezaré a filmar en septiembre; y El almuerzo una película que haré en octubre.

¿Qué ven en la tele?
Pecoraro : Yo veo todo como un periodista de espectáculos, con la velocidad del zapping, necesito ver lo que está pasando. Me quedo cuando veo una escena viva en un panel o en una ficción.

Sea D’Elía sacado en “Intratables” o Cristina Banegas en “Doce casas”.
Pecoraro: Tal cual. No me quedó a ver todo, por ahí con un ratito me alcanza. El otro día vi a la (Carla) Peterson en Guapas y enseguida me fui a Duro de domar.

Pensé que no eran espectadoras.
Wexler: Yo no puedo, a veces veo pavadas. Lo de ella es genial, no lo puedo creer.
Pecoraro : Lo tomo como un trabajo.

¿Qué sacás en limpio?
Pecoraro : Lo primero es que hay libertad, yo crecí con los milicos, ¿sabés? Ya sé que todo el mundo dice cualquier cosa, que se pelean, pero eso no deja de ser fabuloso.

Te veo enfocando para el “panelismo” 
Pecoraro : No, porque para exhibirme no sirvo. Soy una persona muy interior. Me interesa entender y aceptar la imperfección de la Argentina, trabajo para eso. Todo lo que pasa en la tele habla de este momento que vivimos. Cuando esto madure, las cosas malas van a caer por sí mismas.

Fuente: clarin.com

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