Revista "Uno Mismo": "Estamos en la rueda del cambio, se trata de vivir los momentos".-

"Solo se trata de vivir cada momento"

Su sensibilidad exquisita le permitió construir interpretaciones brillantes y granjearse el mote de "actriz seria"; ha sido eternizada en el imaginario popular por su inolvidable Camila... pero ella reniega de las mistificaciones: "A mí no me define nada de eso, sino sólo una forma de transitar los caminos que pasé y los que llegarán", dice en esta charla.

Podríamos hablar de ella desde ese lugar por el cual algunos trabajos traspasan la evidente calidad profesional para instalarse en el imaginario emocional de una sociedad. Y si bien fue eso lo que pasó cuando Susú Pecoraro protagonizó Camila en los primeros años del regreso a la democracia argentina, para llegar realmente a su esencia deberíamos sumergirnos en una de sus cualidades: una capacidad de entrega intensa a lo que le genera placer. Claro que también estaríamos hablando de lo que precisamente la ha convertido en una actriz versátil, que puede hacer de una escena fílmica o teatral un evento hipnótico y transformador, por la verdad que transmite cuando se vuelve ella misma el personaje que interpreta. Por eso enamoró a una generación entera en la década de ´80 y se fue estableciendo como una profesional con enormes posibilidades expresivas. Y todo eso, aunque recorramos una carrera con hitos como el programa Compromiso o la película Sur, será una forma de hablar de su manera de involucrarse en la vida que tenia cuando era una niña que amaba pasar horas oliendo flores del jardín materno, cruzar ríos correntosos, pintar óleos con su padre o bailar todo lo que se escuchara en su hogar.
Con el tiempo se fue dando cuenta de que esa manera de vivir, que encontró en el teatro una zona donde expresarse y expandirse, tenía mucho que ver con enseñanzas filosóficas, místicas o medicinales que fue incorporando como parte de los intereses asociados a la preparación integral del actor. "Había terminado el Conservatorio y haber elegido eso ya me había conectado con hacer cosas con el cuerpo, hacíamos gimnasia expresiva, yoga, todo tipo de métodos", cuenta Pecoraro y sonríe con placer evidente cuando recuerda la llegada a su vida, en esa época, de una persona que profundizó esos caminos: "En los ´80 vino Indra Devi a Argentina y yo estaba cerca de las personas que la trajeron, por lo que tuve la suerte de verla cotidianamente, en una casa en donde daba sus primeras charlas, con una intimidad donde aprendí mucho mas por lo que ella era que por lo que decía, porque la veía ser, era muy especial, fue la persona que mas me enseño con respecto a la salud, la alimentación y tenerla cerca fue vital, te contagiaba ganas".

-Indra Devi solía hacer una verdadera ceremonia de su alimentación, como cuando invitaba a tomar un té con ella...
-Se me abrió un mundonuevo con ella, me preparaba "bombazos energéticos", íbamos juntas al mercado. Tenerla cerca era como estar delante de un duende, porque tenia una energía muy alegre, muy sana. Y verla diciéndote consejos de alimentación me quedo para siempre. Sabia enseñar, no lo hacia con ideas, sino con su esencia. Fueron años en que realmente me dio mucho placer hacer mis ejercicios de yoga, los que sigo haciendo, quedaron como parte de mi vida. Por entonces lo viví como algo natural, no era algo que hablaba, lo vivía. Después tuve un maestro chino, que manejaba cosas como la espiración, el I Ching, Budismo Zen. Una vez por semana nos encontrábamos un grupo de gente con el, a estudiar. Esa información me entraba por todos lados, siempre me interesó, desde muy chica. Y cuando estudiaba con Fernández o Lito Cruz, todos estábamos interesados en muchas cosas, estudiábamos mucho. Era parte de nuestra formulación. Son artes que siempre han estado nutriendo al actor. Al actor de estudio. No sé si ahora los actores jóvenes saben de lo que se trata. Yo terminé el Conservatorio y nunca dejé de estudiar. Toda mi vida lo hice.

-Me da la sensación que la formación del actor, en tu generación estaba absolutamente relacionada con la búsqueda de conocimiento.
-Todo el tiempo. El maestro te decía que si no te conocías a vos mismo no ibas a poder hacer nada. Era un camino que había que hacer, se buscaba por lo espiritual, por lo psicológico, por la conexión con el cuerpo. Era nuestra manera de entrenarnos, para mí era natural. En mi caso, leo mucho y lo que mas me ha servido es no seguir nada ni nadie en particular. Soy un poco de cada cosa, tengo una mente que pesca de todo y un centro en el cual se me ubican las cosas. No soy fanática de nadie, no sigo a tal líder, sino que todo lo bueno que puedo aprender, lo capto, venga de Oriente, de Occidente, de un médico o alguien holístico. Si es bueno y comprendo que me hace bien, lo adquiero de una manera muy natural. A esta edad las cosas las empezás a saber por vida, te das cuenta de que tenés mucho camino vivido: te fuiste alejando de las cosas que no eran buenas para tu cuerpo y otras fueron quedando. Pero para que queden es porque uno pasa todo el tiempo investigando. Hago siempre yoga, he hecho antigimnasia. Siempre estoy probando cosas que me hacen bien.

-¿Cuál es tu filtro de la verdad, cómo detectas a qué creerle, a qué seguir?
-Primero, no soy una persona prejuiciosa, eso me abrió muchos caminos. Hay cosas que vienen conmigo, otras vienen porque me he formado. Desde chica no juzgo, nunca tuve problema con escuchar a todos, meterme a hacer cosas y tener la experiencia. No quiero que me digas mucho cómo son las cosas, porque yo las quiero experimentar, esa es mi naturaleza. Desde chica, si quería ver como era un animal, vivo o muerto, andaba con las mariposas, los bichitos, las plantas. Si se secaba una hoja, la metía en un libro, la guardaba, la olía, hacia experimentos. Y hoy soy igual a cuando era chica (se ríe). Era super curiosa y ahora me puedo conectar con cómo era y veo que me gustaban las mismas cosas, como bailar, estar en la naturaleza, escuchar los pájaros. Es algo que vino conmigo, en una infancia en Córdoba, donde me subía a los árboles, comía higos de la higuera, andaba por los techos. Era de meter mucho el cuerpo y busca aventura, tenía un mundo interior muy grande, todo me parecía posible. Recuerdo como si fuera hoy el mirar a las plantas, sentir el perfume de las flores y meterme entre las damas de noche y quedarme escondida ahí, al atardecer, mientras mi mamá me buscaba. Ese perfume me embriagaba,no era algo poético, sino que tenia los sentidos a flor de piel. Y me gustaba transformar las cosas, disfrazarme, armar todo un juego con objetos: podía dar vuelta una habitación, usarla como escenografía. Todas esas cosas que hice después las veo como todo lo que me gustaba cuando era chica.

En la cataratas de recuerdos que surgen, además de verse bailando por su casa, aparece de repente, con un cambio dulce en su rostro, su padre llevándola a conocer a Quinquela Martín. Como el pintaba, solía dejar que ella lo acompañara, aunque fuese muy tarde, en la madrugada, para compartir juntos momentos de pinturas y charlas con la radio de fondo.

-Parece que tenés muy vivos todos esos recuerdos.
-Como si fuesen hoy. Es que hoy hago lo mismo. Pongo la radio, agarro óleos o témperas y pinto. Me gusta tanto como cuando era chica. Y si es de noche y el locutor esta hablando, me voy con eso, como cuando estudiaba de noche.

-¿En lo que pintas, hay figuras o temas que se repitan?
-Siempre me voy a lo mas difícil, que es el mar.Arranco con el cielo, luego hago la playa y el mar. Hay algo ahí. Y si no, copio alguna cosa y la pinto. Pero no es nada que muestre. Ni se me cruza exponerlos, porque no tienen un sentido de resultado, es para pasarla bien un rato, como cuando bailo.

-¿Cuánto tiempo podes estar pintando?
-Me agarran épocas. Por ahí pongo todo en la mesa y me quedo una semana con una pintura. A veces, cuando no puedo salir, por una gripe, armo la mesa, me pongo a pintar, me olvido de la gripe. Me voy por ahí. Es una manera de poner la mente en algo que te eleva y te saca de tu pensamiento. Me pasa con la música también. Y con la literatura.

Susú menciona a escritores como Marguerite Duras o J.D. Salinger, como voces amigas, a las que recurre cuando precisa ponerse en contacto con ideas o maneras de sentir que le son muy cercanas a sus propias formas de ser. Si tiene que filmar, con todas las largas esperas que se dan en el cine, se hace la pregunta de con qué o quién tiene ganas de contactarse o se pregunta qué necesita ese día. "Duras es la vida, es la verdad, es la detectora de lo falso, eso tiene mucho que ver con mi profesión y lo que hago, porque siempre estoy buscando un sentido de verdad y de algo que esté vivo... Y del humor me gusta mucho el de Salinger, es el que yo tenia cuando era adolescente,pego carcajadas con él, entiendo desde donde habla".

-¿El que te gusta, es un humor que tiene que ver con ver las cosas como son, en su justa dimensión?
-Si. Tengo una mirada así. Para mi, cuando era chica, me preocupaba, veía todo el tiempo el dolor, en los grandes. Veía las dificultades físicas y hasta pensé que iba a ser medica, porque tenia mucho interés en el otro, me decían "defensora de pobres", porque encontraba un gatito herido y lo traía. Siempre estaba viendo la debilidad en algún lado y quería solucionarla, tenia esa tendencia, de compasión. Y después un sentido muy grande de la verdad, la justicia, que me llevó por el lado de querer ser abogada, aunque no sabia bien que era. Cuando vi lo que era me di cuenta de que no lo podía haber hecho, porque tenia que ver con retener muchas cosas de memoria y tener una inteligencia que no tenia que ver con la mía.

-¿Tu inteligencia es muy sensorial?
-Si, soy muy perceptiva, intuitiva.

-¿Y cómo confluyeron todas esas búsquedas con lo que terminaste haciendo como profesión?
-Se fueron como juntando. Soy un poco abogada y medica. Me di cuenta de que el sentido de justicia lo podía poner en la actuación. Y que lo que había pasado con la medicina lo podía seguir investigando, justamente en un ámbito como ese del Conservatorio, poco prejuicioso, se abría la puerta para todo lo mas alternativo. Y así fui autodidacta, pero con buena base: primero la familia, que me supo dar libertad con todas las cosas naturales que yo amaba y después el Conservatorio. Todo lo que yo hacia, que parecía que eran mis juegos, ahí valía mucho. Me pude desarrollar muy seriamente, iba con muchas ganas y cuando terminé seguí haciendo lo mismo, nunca terminé. Desde esa nena a hoy soy la misma.

-¿Y de ese juego al que te dedicaste hasta ahora, que es lo mas placentero?
-(Piensa) Dejarme llevar, ya sea por un autor o por la actuación. Hay momentos mágicos, el trabajo que hago específicamente es meterme en el mundo de otro, luego de hacer una gran investigación. Lo que mas me gusta es aprender, investigar, meterme en todo. Y poner el cuerpo, me gusta la aventura. No soy una intelectual.

-¿A veces la curiosidad te llevo a un lugar de riesgo?
-Todo el tiempo. De chica me subía a los techos, hacia cosas peligrosas. Me escapaba con mis amigas, nos íbamos al río, lo cruzábamos con una corriente tremenda, después volvíamos con cara de angelitos. Nos metíamos por casas por la ventana. Siempre estuvo el riesgo. Es como la entrega, algo que esta ahí. Si te abrís mucho, siempre hay riesgo. Y el trabajo que mas he hecho en mi vida es el de descontracturarme, desarmar ideas sobre mi misma, sobre los demás. Siempre busque correrme de los lugares donde han querido ponerme, para no ser panfletaria de ninguna cosa, inclusive en lo new age, creía tanto en todas estas cosas que me hice invisible, para no ser famosa por nada que fuese un titulo. Y estoy contenta por eso, porque se puede.

-¿Y percibís rápido cuando ves una persona que habla mas desde una idea que desde haber vivido con el cuerpo lo que habla?
-Totalmente, porque no le puedo seguir ni la conversación. Me aburro. No soy intelectual, cuando no es verdad lo que se habla me empieza a doler la cabeza. Si no es algo que está vivo no lo aguanto, mi cuerpo me da señales de que algo es falso. este trabajo que hacemos como actores es muy silencioso, la gente desconoce cómo se llega a poder meterse en la mente, el cuerpo del otro, emocionarse, que te pasen cosas.

-¿Te sentís agradecida por el lugar que encontraste y construiste para poder expresar eso que tenias desde chica?
-Si,me siento bien. No soy de meterle mucho la cabeza. Pero me encuentro bien con quien soy. Es un todo. A veces me siento obligada a hablar de la actriz, porque es mi profesión, pero nunca me sentí una actriz. Yo trabajo de actriz, pero la que entra a un lugar es Susú. Soy una persona, cuando no trabajé de actriz, he tenido fantasía de dedicarme a otra cosa, irme cerca del mar... Si me metes en el campo o en una playa, me puedo quedar sola mucho tiempo, con mis libros y mi mundo, lo paso muy bien. Me gusta mucho pintar, sacar fotos, he tenido laboratorio, sé revelar.

-¿Qué te gusta fotografiar?
-Vuelvo siempre al cielo, al horizonte, al mar, al río. He sacado fotos a tormentas que van tapando la ciudad, me gustan mucho los barcos. Me gustan los colores y contrastes del atardecer, la hora en que todo se empieza a poner rojo, tiene mucho amarillo y las luces de la ciudad se empiezan a prender y el cielo aún esta azul. No es ni de noche ni de día.

-¿Te gustaría dirigir cine?
-Si. Ya me lo han propuesto. Y una parte mía lo esta haciendo hace mucho tiempo. Ayudo mucho a mis compañeros, se me ocurren muchas cosas, a nivel actuación, veo fácil y comprendo fácil las escenas. También sé donde se pone la luz. Me gusta contar poéticamente con las imágenes. El día que encuentre el equipo y qué contar, se va a armar solo. No es algo que arme con la cabeza. Ya está viniendo.

-¿Será el cine antes que la escritura?
-Si, pero deberá ser algo que junte todo. A la actriz hace mucho tiempo que la solté, cumplí un ciclo. Me da placer hacer algo de eso, pero por lo que tiene que ver con el contacto con el otro. Algo se esta armando ya para ir para otro lado. Ya aparecerá lo que quiero contar. Y será algo que quiera investigar. Tengo la sensación de que lo que haga tendrá libertad y no estará atado a formas convencionales. Haré cosas espontáneas, vivas.

-Como el mar y el cielo, que pintas y fotografías, que no están atados a nada permanentemente.
-Claro, están cambiando todo el tiempo. De repente viene una nube y cambia el cielo. Uno está en una rueda de cambio.Y por eso no me creo nada, ni siquiera cuando me dicen que soy una actriz seria. Cada vez que me quieren encasillar, me corro, me quiero desmitificar. A mi no me define nada de eso, sino sólo una forma de transitar los caminos que pasé y los que llegarán. Se trata de vivir los momentos, que te pase algo y que eso esté vivo. Se trata de vivir, nada más que eso.


Por: Diego Oscar Ramos
Ropa: Dorina Vidoni
Lugar: Hotel Legado Mítico Buenos Aires
Maquillaje y asistencia: Susana Rabello
Accesorios: 925.

Fuentes: www.unomismo.com.ar

Comentarios

  1. Cuando una persona habla así, desde el corazón y la vida, y se la siente tan plena, es muy difícil plasmar un comentario. Gracias a Susú por la nota y a Meli por publicarla.

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