Susú Pecoraro: No es ni ella ni yo, es la Estela de la película.




Susú Pecoraro es recordada por Camila? o ¿Dónde estás amor de mi vida que no te puedo encontrar?, pero asegura que esta vez el desafío es mayor.

El rodaje comenzará en abril pero para Susú Pecoraro las alegrías comenzaron antes: cuando se enteró que personificaría a Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, y cuando conoció personalmente a su personaje hace pocos días atrás. Todavía impactada por la noticia, la actriz de “Camila” y “¿Dónde estás amor de mi vida que no te puedo encontrar?” cuenta cómo construye su nuevo protagónico en “Estela” del director Nicolás Gil Lavedra.

—¿Cómo recibiste la noticia de tu nuevo personaje?

—Lo primero que me enteré es que yo iba a hacer de Estela de Carlotto. Eso lo recibí como un impacto fuerte. Fue medio de golpe porque no sabía ni que se iba a hacer la película. Me puso muy feliz porque sentí que todo estaba en su lugar, sentí como que hacía mucho tiempo que estaba esperando algo así.

—No es cualquier personaje, es casi histórico...

—Lo inmediato cuando el personaje aparece es: ¿puedo o no puedo? Cuando uno de alguna manera conoce al personaje se pregunta: ¿está o no está en mí?. Yo sentí que sí, no sentí miedo, no sentí una gran responsabilidad, sentí que tenía algo para dar. No me vino ninguna consideración intelectual, ni mi cabeza se metió a molestarme en el momento en el que estaba poniéndome contenta.

—¿Qué sentiste cuando te reuniste con Carlotto?

—Uno la ve bastante en los medios y tiene una imagen hecha de ella. Pero no es lo mismo que conversar y hacerle preguntas y demás. Es una persona muy accesible que se abre mucho, que te cuenta y tiene una gran capacidad de escucha. Fue muy lindo el encuentro. Fue muy amoroso y muy fuerte, y a su vez muy íntimo. Enseguida estábamos como en familia, una cosa de mucha confianza. Ella está contenta. Ella siente que soy afín a esa familia.

—¿Es más difícil cuando la referencia está viva?

—Soy optimista. Si es más difícil no lo sé todavía. Voy a pensar que es más fácil porque todo lo que ella me pueda dar, las charlas que tenemos y vamos a tener, voy a tratar de absorberlo. Y luego, como hago siempre con mis personajes, cuando llega el momento, no pienso, hago. Es una mezcla de entre lo que uno cree de cómo iba a reaccionar esa persona, con lo que a uno le pasa, con la química con el personaje y con la escena y cómo está escrita. Y se va generando una tercera cosa que no es ni ella ni yo, es la Estela de la película. El ABC de la actuación es acumular, aprender todo lo que uno pueda y después soltar todo sin dejar que haya miedos. Hay que ser muy libres para actuar. Para mí, mientras Estela esté y por cómo es ella por su vitalidad, más que una presión o miedo, es una alegría. Es un encuentro entre personas que queremos contar, desde el cine, el arte, todo lo que ella hizo, transmutar su dolor.

—Con Estela ahí, ¿se corre el riesgo de homenajearla?

—No lo sé. No voy más adelante de los pasitos que estoy dando. Por ahora está el director, el libro y yo, y nunca se utilizó esa palabra. Nadie la dijo. No está en nuestro imaginario.



Fuente: www.lacapital.com.ar

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