Desgarradora verdad sobre nietos desaparecidos en festival habanero


La Habana, 7 dic (PL) Una desgarradora historia sobre búsquedas, miedos, angustias, pero sobre todo esperanzas, narra el filme argentino Verdades, verdaderas: La vida de Estela (2011), cuya presentación especial aquí contó con la protagonista real, Estela de Carlotto.En sus palabras, la presidenta de Las Abuelas de Plaza de Mayo dijo sentirse feliz por pisar nuevamente ¿esta maravillosa isla que los argentinos amamos¿, para presentar en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano una verdad que todavía algunos cuestionan.

La película, precisó, recoge una lucha de 34 años por encontrar a nuestros nietos desaparecidos durante la dictadura militar (1976-1983), por eso su principal objetivo es entrar al corazón de los 400 niños que faltan por hallar, y animarlos a que busquen su identidad.

Al referirse al nivel de realización del filme, De Carlotto expresó la emoción que siente cada vez que lo ve, porque está hecho con la ternura de un joven que recién acaba de cumplir 28 años.

Dirigida por el debutante Nicolás Gil, Verdades recorre 40 años de la vida de esta activista, a través de aspectos íntimos, políticos y familiares, como la militancia de sus hijos en la pasada década del 70, el golpe militar, el secuestro de su marido, la desaparición de su hija Laura, la búsqueda de ella y de su nieto Guido, nacido en cautiverio el 26 de junio de 1978 y todavía sin recuperar.

Entre los aspectos relevantes del largometraje, basado en hechos reales, destacan el guión, que se mueve del presente al pasado para hilvanar una secuencia lógica creíble, y en particular la actuación de Susú Pecoraro, que al decir de la propia Estela en una reciente entrevista "me conmueve verla en la película porque me veo a mi".

También sobresale el set, especialmente las escenas filmadas en el interior de la conocida Escuela de Mecánica de la Armada argentina, donde fueron torturados, asesinados y desaparecidos más de cinco mil detenidos durante la dictadura militar, y que hoy emerge como el Museo de la Memoria.

Esta cinta, que apunta a lo humano como la calificara su director, va más allá de las estadísticas frías para entregarle al espectador las verdades de una época de terror, en la que tres décadas después Las Abuelas de Plaza de Mayo solo han hallado 100 de los 500 bebés nacidos en cautiverio y arrancados de los brazos de sus verdaderas familias.

fuente:prensa-latina.cu

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